Disparos, puñaladas y atropellos: salvaje persecución de 40 kilómetros con seis policías heridos

Una pareja de delincuentes huyó en un Seat robado desde Villaverde a Seseña, embistiendo a los agentes y atacándoles con una daga y un destornillador. Ambos están detenidos

Jun 14, 2025 - 16:27
Jun 14, 2025 - 16:30
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Disparos, puñaladas y atropellos: salvaje persecución de 40 kilómetros con seis policías heridos
La Policía y el coche de los delincuentes, donde acabó la persecución ABC

Es muy difícil recordar una persecución tan extremadamente violenta y larga en los últimos años de actividad criminal madrileña. Una pareja de ladrones ha protagonizado en la noche de este viernes una huida a 200 kilómetros por hora de 40 kilómetros, pasando por dos provincias y dejando a seis policías heridos de diversa consideración. Casi los matan tras, literalmente, pasar por encima de algunos de ellos con las ruedas del turismo que conducían los malhechores, por cierto, con un destornillador en el contacto.

Todo comenzó a las 21.45 horas en la calle de San Dalmacio, en Villaverde, unos bloques azotados por los narcopisos, la okupación e incluso la trata de menores de edad. Una patrulla de paisano de la comisaría de Usera-Villaverde observó maniobras extrañas y erráticas de un Seat Córdoba. Le dieron el alto con las sirenas y los testigos luminosos, pero los dos ocupantes decidieron poner pies en polvorosa. Aceleraron por la avenida de Andalucía, en dirección a Córdoba, momento en que otra patrulla se unió. Pero, al llegar al cuartel de San Cristóbal, los delincuentes hicieron un brusco cambio de sentido, tomando de nuevo la avenida de Andalucía hacia el centro, para girar en la Gran Vía de Villaverde en una glorieta y coger Real de Pinto.

por: Carlos Hidalgo

De allí y también en sentido contrario, hacia la calle de San Norberto, giro en Resina (polígono de Marconi), para volver a salir a la avenida de Andalucía, ya para salir de Madrid. En la autovía del Sur (A-4), la densidad del tráfico de un viernes a esa hora era extraordinaria. Con total desprecio por la vida ajena, los fugitivos aceleraron, primero a 160, luego a 180, hasta rozar los 200 kilómetros por hora, ante el pánico general. El conductor del Seat zigzagueó entre los demás coches, que creían que estaban asistiendo a una película de acción con muy mal final.